"El ser de los pueblos originarios en la época de la conquista"

 

En este planteamiento inicial, se abordará lo comprendido y discutido en la clase de Filosofías Latinoamericanas. Se hace mención a que, durante la clase y el acercamiento a los diferentes textos, da una perspectiva general sobre los pueblos originarios en la época de la conquista. Por otra parte, fue el encuentro entre dos culturas diferentes. Ambas, con sus modos de ser, comprender y entender. Es por eso por lo que, en este apartado, se centrará en tres aspectos importantes: lo cultural, la organización y búsqueda por el conocimiento.

En este sentido, me veo obligado a dar una definición de cultura. A decir verdad, ese término es bien complejo y es entendido de diferentes modos en épocas diferentes. Algunos intelectuales le dan diferentes significados al aspecto cultural. Sin embargo, partiré de lo que percibo que puede ser cultura. Siguiendo esa línea, la cultura es aquella que tiene conocimiento de algo, que tiene mitos, ritos, costumbres, organización, fiestas, etcétera. Todo eso que mencioné es lo que convoca a los individuos a ser parte de una sociedad. Y, es que, no hay otra cosa que reúna al individuo que la cultura misma.

Por otro lado, ese concepto que doy de cultura contradice el pensamiento de los conquistadores españoles. Para ellos, alguien que tuviese ritos extraños, mitos diferentes, organización diferente, creencia en varios dioses, etcétera; eso era según ellos, seres considerados carentes de cultura. Lo que se puede apreciar es que estaba implícita y explícita la hegemonía sobre el poder y la cultura. Es decir, todo lo que fuera diferente o contrario a ellos, era tomado como carente del intelecto.

En cuanto a lo anterior mencionado, se genera una pregunta acuciante que asedió a los españoles: ¿Los indígenas tienen cultura? O la otra, ¿será que los indígenas tienen alma? Son preguntas que los llevaron a grandes discusiones. No obstante, para poder responder a esas preguntas tenían que poner entre paréntesis la concepción de cultura. Esto permitiría observar al otro de manera objetiva en su modo de ser y de actuar. Solo así, se hubiesen dado cuenta de que el otro, aunque, diferente a ellos, tenía cultura; y eran, al igual que ellos, seres humanos pensantes. Según lo que le comentaron a Garcilaso de la Vega (s.f) es que, «los Incas tenían idolatría, ceremonias y sacrificios; además, tenían sus fiestas principales y no principales» (p. 154).

Además, alguien puede pensar en la actualidad, y quizá afirmar, que en realidad los indígenas no eran seres de razón, ya que un hombre razonable no ofrecería sacrificios humanos. Por supuesto, que un ser humano con razonamiento no lo haría, pero un ser humano con cultura sí lo haría; es decir, realizaban estos actos porque les proporcionaba un sentido de unión y quizá pensaban la muerte de otra forma. Tal vez, no sé, pero lo que sí aseguro es que esto se debía más a un aspecto cultural.

Por añadidura, pensemos en el término alma en la actualidad. Quizá, espero no me equivoque, nos remitiríamos a esas personas que tienen intelecto humano, que son razonables,  seres pensantes, que conocen muchas cosas y que viven una vida irreprochable, ¿eso lo define? Sí, y no. Ahora bien, si partimos de esos presupuestos, diríamos que hoy en día son pocos los seres que tienen alma. Pero si alguien tiene alma, es el ser humano. Por consiguiente, algunos de los países desarrollados no tienen alma. Lo vemos en las actuales guerras desatadas a diestra y siniestra, basta con echar un vistazo a la historia, y sin ir tan lejos, la guerra en Ucrania y Rusia y la de Palestina. Una persona con alma no es capaz de matar a otro ser humano. Eso, exactamente, es lo que decían los conquistadores en nuestros pueblos originarios, que los indígenas no tenían alma, ya que ofrecían sacrificios humanos matando a miles de personas anuales.

En cuanto a la organización, los indígenas de nuestros pueblos originarios estaban organizados. Con la recuperación de varios documentos escritos, no escritos, jeroglíficos, etc. Nos damos cuenta de que existía una organización en la sociedad. Basta con ir a los centros arqueológicos para darnos cuenta de sus sistemas de gobierno. Nos damos cuenta de que siempre había alguien a la cabeza de la sociedad. Eso quiere decir que estaban organizados. Para esas construcciones inmensas que tenían debían necesitar a mucha gente para construirlas, eso quiere decir que, había algo que los mantenía unidos, y eso es, nada más y nada menos, que la cultura. Sin cultura no hay organización. Y para que haya un sistema político, deben existir comunes acuerdos entre individuos, en donde consideren a alguien promotor de ese sistema que se llama sistema político social.

De igual modo, se menciona que los Incas tenían un modo de gobierno. Al parecer, se regían por un gobierno jerárquico. Según Garcilaso (s.f) apareció, después del mito que cuentan del diluvio, un hombre en Tiahuanacu y este repartió el mundo en cuatro partes y las dio a cuatro hombres, entre ellos se encuentran: Manco Capa que recibió la parte septentrional, Colla, Tocay y Pinahua. Asimismo, según este autor, ese hombre, le mandó a conquistar y gobernar a la gente, por otra parte, la repartición del mundo la hicieron después de que hicieron los reinos (Garcilaso de la Vega, pp. 146-147).

Además, hoy en día nos consideramos sociedades organizadas. Porque tenemos, en algunos casos, acuerdos comunes. Desde el estado que, a través de su sistema político , en algunas ocasiones, vela por los derechos de los individuos. Por supuesto, existen sociedades desiguales donde el estado favorece a ciertas élites. No obstante, omitamos eso, a otros les corresponde juzgar esa realidad. Lo que aquí importa es hacer mención sobre la organización. En realidad, somos por naturaleza seres que nos dejamos regir por la organización. La organización es la que nos congrega. Y, así lo era con nuestras comunidades indígenas, estaban organizadas a nivel de sociedad, asimismo, tenían a alguien a la cabeza que vigilaba que se cumplieran las leyes, normas y costumbres que hacían consolidar a la sociedad.

Ahora bien, se puede decir que los indígenas de nuestros pueblos, en la época de la conquista, eran seres pensantes. Por supuesto, no pensaban como los españoles, y por qué debían hacerlo; sin embargo, tenían su propio modo de pensar. Pensaban las cosas de otra manera. Empero, no hay que omitir que todo ser humano trae implícito ese deseo de querer conocer. Y, el querer conocer implica meter a jugar el pensamiento. Quizá en eso no se diferenciaban con los conquistadores. Por ende, todo ser humano que piense adquiere conocimiento.

En ese mismo orden de ideas, pensar nos lleva a poder investigar sobre algo. Ese acto de pensar estaba presente en los indígenas. Eran investigadores y contaban con conocimiento. Les inquietaban preguntas formuladas de las siguientes formas, ¿De dónde venimos? Es por eso por lo que, al no encontrar una respuesta del método científico, recurrían a la mitología. Así muchos mitos respondieron en su momento a ese lugar de origen. Cada cultura concibiéndolo de manera diferente, pero la pregunta era común, querían saber de dónde venían. Y bien es cierto, lo que culturalmente compartían era el mito como explicación de las cosas.

En consecuencia, el deseo de querer conocer, los llevó a investigar y ese investigar los llevó a producir ciencia. Eran científicos. Lo encontramos en los temas de astrología. Pasaron estudiando el movimiento estelar. Según Garcilaso de la Vega (s.f), «hombre de buen ingenio que llamaron amautas que filosofaron cosas sutiles» (p. 179).

En virtud de lo anterior, se distinguieron en la ciencia por ser médicos, ya que a través de las hierbas y plantas medicinales curaban sus enfermedades. Asimismo, estudiaron el movimiento del planeta Venus, descubrieron que unas noches eran mas largas que otras, nombraron al Sol Intica, a la Luna, Quilla, y al lucero Venus, Chasca. Por otra parte, contaron los meses del año y realizaron un calendario lunar (Garcilaso de la Vega, 180).

En suma, después de haber hecho un recorrido, nos damos cuenta de que indígenas de nuestros pueblos originarios poseían una rica cultura, así como también compleja. Tenían organizaciones sociales sofisticadas. Tenían sistemas de gobiernos y ejercían el ejercicio filosófico a su manera, al igual que la ciencia. En síntesis, los indígenas no solamente eran acreedores de cultura, organización social, sino de conocimientos científicos y filosóficos, a su manera. Asimismo, nos damos cuenta de su complejidad y profundidad como sociedades autóctonas.

 

Referencia

Garcilaso de la vega, I. (s. f). Comentarios reales. Edición de Enrique Pupo -Walker.

https://enriquedussel.com/txt/Textos_200_Obras/Relacion_critica_oprimidos/Comentarios_reales-Garcilaso_Vega.pdf

 

Comentarios

  1. El título habla del ser de los pueblos indígenas. Del texto se colige que su ser es la cultura o está ligado estrechamente a ella. La definición de esta es preliminar, del sentido común contemporáneo. Es tópico de fondo del curso, que poco a poco deberíamos ir aclarando.

    El texto habla también del alma y de la organización social. ¿Tal vez estos conceptos están ligados al del ser de los pueblos? El sustento argumental viene sobre todo de Garcilaso, aunque también se pudo haber acudido al Popol Wuj y a las fuentes nahuas.

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