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 Los límites de lo exótico


Se conoce como exótico a aquello que vemos como fuera de lo común, incluso viéndolo como algo extravagante por la misma razón. Epistemológicamente, significa ´de afuera’ o ‘externo’, tomado del griego exōtikós; una definición no tan lejana de la que se suele tener.

Comúnmente, esta palabra suele usarse para referirse a algún lugar que parece ser de otro mundo. El cual proviene de otro sitio y que además está compuesto de elementos, como flora y fauna, que no suelen verse en la cotidianidad. Por poner un ejemplo simple, una persona que vive en la ciudad de Guatemala y que no ha podido conocer mucho de sus alrededores, puede ver de manera exótica el paisaje de Semuc Champey por el simple hecho de que es algo diferente y fuera de lo que conoce. Es obvio que, debido a que al ser un lugar localizado en el mismo país en el que se habita, el nivel de exotismo no es tanta a comparación de una persona que vive en un país completamente diferente, alguien que es todavía más externo a estas vistas.

Viéndolo así, el término ‘exótico’ parece ser inofensivo, pues solo se refiere a lo que es diferente y que se encuentra lejano a nosotros, por lo que puede parecer como algo extraño, más no en un mal sentido. Muchas veces, también se puede entender como admiración ante una belleza que pocas veces es vista. Esto es algo que, incluso, suele pasar cuando se ve a algún animal que no es común de presenciar, un pavo real, por ejemplo; o un flamenco. Se sabe que existe, pero no se ve todos los días; es por eso que se vuelve exótico.

Como se dijo anteriormente, a simple vista parece ser un concepto inofensivo que solo quiere tratar de explicar lo que no es común en lo propio, algo que tampoco es difícil de comprender. Pero, ¿qué pasa cuando este término se utiliza en personas? Siguiendo con la definición que se dio al inicio, igualmente puede que no cause problema, pues todos somos diferentes y externos de otros en ciertos aspectos. Aunque, a pesar de eso, utilizar el término ‘exótico’ en alguna persona igual suena extraño, ya que es más común utilizarlo cuando se presenta algún sujeto que se ve de una manera completamente diferente a lo que “se espera” de una persona “común”.

Lo que se quiere decir con esto, es que hay personas que suelen tener facciones similares, tales como el color de los ojos y el cabello, e incluso, la forma de la cara. Todos, a pesar de pertenecer a etnias o razas diferentes, aún solemos considerarnos como personas normales, distintas, pero normales. Más bien, lo exótico radica en lo bello, pues no todo lo diferente se considera de esta manera. No es lo mismo una extrañeza que produzca una gran admiración, que una que solo produzca repulsión o, incluso, incomodidad.

Además de que esto se reduzca a solo un signo de belleza, el problema que estamos tratando de explicar es cuando se trata la palabra ‘exótico’ como algo similar a un fetiche y que, además, se vuelve en una manera de encapsular la manera en la que alguna persona debe de lucir según el lugar de donde proviene.  La mayoría de las veces, las personas que son afectadas por este pensamiento, son las que pertenecen a etnias racializadas, es decir, a las personas negras e indígenas.

Esta problemática no es nada nuevo, pues a pesar de que años atrás había (y aún hay) rechazo a estas personas debido a su tono de piel, siempre había un sentimiento que se hacía presente sobre estas. Este sentimiento, y acción, es lo que se puede interpretar como un fetiche, pues es mediante este que se crea una imagen sobre una persona según su etnia. Debido a esto, es que también se generaliza que todas las personas que son pertenecientes a esta (etnia o raza) se comporten y luzcan de una manera específica, ideando un estereotipo que los obliga a ser de cierta forma.  

Además de que la fetichización y exotización sea un problema ligado con la sexualidad, el abuso de poder y el machismo, en algunas ocasiones, también, a mi parecer, con un falso nacionalismo. Para explicarlo de mejor manera, pondré como ejemplo a Guatemala y a las comunidades indígenas de este país.

Se sabe que la población indígena es rechazada por la mayoría de personas no indígenas, ladinos, que habitan en Guatemala. Este desprecio se manifiesta tanto directa como indirectamente, pues hay pequeñas acciones que lo demuestran, tales como comentarios sobre la vestimenta y comportamiento de una persona indígena, como también atentar contra la tranquilidad y dignidad de esta. No es algo que se haya ido con en pasar de los años, puede que disminuido, pero no en grandes cantidades; siendo que es algo normalizado.

Si bien hay repulsión hacia estas personas y sus culturas, también es sabido que quienes hacen comentarios y cometen actos inhumanos hacia estas comunidades, son los mismos que se aprovechan de estas para crear una imagen del país de Guatemala. Como bien escuché recientemente, esto se hace debido a que los ladinos no tienen una ‘identidad’ que los haga distinguirse entre los demás, por lo que se adueñan de la apariencia y los comportamientos del otro como una manera de hacerlo. Todo esto diciendo que la gran cultura guatemalteca es la que se produce desde las mentes indígenas, mientras que en el interior el trato hacia ellos no es más que humillaciones y maltratos.

Esta la idea en la que la exotización es un problema cuando se usa en personas, además de la razón obvia: hacerlos ver como objetos, es que se categoriza la forma en la que una persona debe verse para cumplir con los estándares del extranjero. Esto influenciado por el capitalismo y el egocentrismo de quienes se prestan para estas actividades. Cuántas imágenes de personas indígenas no se han visto en el internet al momento de buscar “Guatemala” en el navegador. Es una manera de llamar la atención, porque eso es lo que hace lo diferente, pero no puede llegar a ser respetado en el interior porque aún son vistos como algo inferior. 


Referencias

Corominas, J. (1987). Breve diccionario etimológico de la lengua castellana. Editorial Gredos. 

Xón Riquiac, M.J. (s/f). Entre la exotización y el mayámetro. Editorial Catafixia.

Comentarios

  1. Muy buena reflexión sobre la exotización. Podrías haber conectado más con los textos de Xón o Guzmán Böcker, pero igual recorrés los rasgos principales de la problemática con solvencia y atinadamente.

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